Una nueva investigación sugiere que los microplásticos podrían estar más extendidos en las bebidas de lo que se cree

Un nuevo estudio de la Universidad de Birmingham confirma una amplia presencia de microplásticos en bebidas de consumo diario. El calor de bebidas como el té y el café acelera la liberación de estas partículas desde los envases, aumentando la exposición del consumidor. Los hallazgos invitan a la industria a reevaluar los materiales en contacto con alimentos, especialmente para productos calientes.
Los científicos analizaron bebidas populares y descubrieron un patrón sorprendente de contaminación por microplásticos en las bebidas cotidianas.
La próxima vez que tomes una taza de té, café o tu refresco favorito, hay algo importante que debes saber. Es probable que tu bebida contenga una cantidad significativa de microplásticos. Un nuevo estudio revisado por pares, publicado en la revista Science of the Total Environment por investigadores de la Universidad de Birmingham (Reino Unido), indica que este problema podría estar más extendido de lo que crees.
En agosto, los investigadores anunciaron sus hallazgos tras analizar 155 muestras de bebidas de 31 marcas populares en el Reino Unido. Estas incluían bebidas en vasos desechables, jugos embotellados y bebidas energéticas enlatadas. Utilizaron espectroscopía micro-FTIR para medir partículas microplásticas con un tamaño de entre 10 y 157 micrómetros, buscando específicamente polímeros plásticos sintéticos como polipropileno, tereftalato de polietileno (PET) y poliestireno.
El equipo descubrió que las bebidas calientes son la principal fuente de microplásticos. En promedio, el té caliente contenía unas 60 partículas microplásticas por litro, mientras que el café caliente tenía alrededor de 43. Los investigadores descubrieron que las versiones heladas de estas bebidas contenían significativamente menos microplásticos: el té helado contenía 31 partículas por litro y el café helado, 37. El equipo observó que los productos caros no implicaban necesariamente que fueran más limpios, y añadió: «Curiosamente, la marca de bolsitas de té más cara mostró las mayores concentraciones de microplásticos, superando significativamente las observadas en las bolsitas de té de bajo precio. Estos hallazgos contradicen la suposición común de que un precio más alto se correlaciona con productos más saludables
Los investigadores identificaron un patrón claro que muestra que el calor acelera la liberación de partículas de plástico de los envases. Sin embargo, incluso las bebidas frías contenían microplásticos. Esto incluía los zumos de fruta, con un promedio de 30 partículas de microplástico por litro, las bebidas energéticas, con 25, y los refrescos, con 17. El polipropileno, un plástico comúnmente utilizado en tapas y revestimientos de vasos, encabezó la lista de los polímeros más detectados, seguido del poliestireno y el PET (común en botellas).
El equipo avanzó aún más en su investigación encuestando a más de 200 adultos sobre sus hábitos de consumo diario de bebidas para estimar su exposición real a microplásticos a través de ellas. Al considerar todas las bebidas, el equipo estimó que la ingesta diaria es de aproximadamente 1,7 partículas de microplástico por kilogramo de peso corporal para las mujeres y 1,6 para los hombres. Esto equivale a unas 114,4 partículas de microplástico para la mujer promedio al día en el Reino Unido. Y, de nuevo, esto se refiere solo a las bebidas.
Si bien los efectos de los microplásticos en los humanos aún se están estudiando, muchos estudios científicos recientes indican que estos efectos no son tan graves. Un estudio demostró que los microplásticos pueden agravar las infecciones por E. coli y causar daño hepático. También podrían estar afectando la salud intestinal.
Por supuesto, las bebidas no son las únicas culpables de los microplásticos. Los envases de comida para llevar también se han identificado como un contribuyente significativo, junto con las tablas de cortar de plástico, los utensilios de cocina antiadherentes e incluso los envases de vidrio con tapas de plástico.
Para los consumidores, los hallazgos no pretenden generar pánico ni incitarlos a renunciar a su café matutino. En cambio, aportan otro dato a la conversación y podrían animarlos a elegir envases de vidrio o metal y a evitar la exposición de los plásticos a temperaturas excesivas. Como concluyen los autores, esto es solo el comienzo, y añaden que este estudio «sirve como un paso crucial para comprender mejor el alcance de la exposición a los microplásticos en situaciones reales y aboga por estudios más exhaustivos para una evaluación precisa del riesgo de la ingesta de microplásticos a través de la dieta, lo que permitirá intervenciones ambientales y de salud pública más amplia
Fuente: foodandwine.com
1 septiembre 2025