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Mar, Oct 21, 2025

Del campo a la mesa: sensores como clave de frescura, eficiencia y valor

Del campo a la mesa: sensores como clave de frescura, eficiencia y valor

La agroindustria mexicana tiene el potencial de ser un referente global, pero su competitividad depende de la modernización de su logística de perecederos. La adopción de tecnologías como los sensores inteligentes (IoT) para monitorear la cadena de frío en tiempo real ya no es un lujo, sino un requisito indispensable. Superar desafíos como la conectividad es clave para reducir pérdidas, garantizar la calidad y fortalecer la posición de México en el mercado internacional.

 

La agroindustria mexicana tiene el potencial de ser referente global en calidad y volumen

La logística de productos perecederos en México atraviesa un punto de inflexión crucial. Durante años, transportar alimentos frescos fue uno de los mayores retos logísticos nacionales.

Hoy, tecnologías avanzadas, especialmente los sensores inteligentes, están transformando este escenario. No se trata solo de mover carga, sino de preservar calidad, reducir pérdidas y fortalecer la competitividad internacional.

Con una balanza agroalimentaria de 3 mil 184 millones de dólares en el primer trimestre de 2025, México se consolida como un actor clave en el comercio global de alimentos, de acuerdo con la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural (SADER).

Sin embargo, ese liderazgo implica exigencias estrictas:

  • trazabilidad
  • cumplimiento normativo
  • cadena de frío consistente
  • capacidad de reacción inmediata ante contingencias

En este contexto, los sensores inteligentes ya no son un lujo, sino un componente estratégico. La competitividad del sector depende hoy de integrar monitoreo en tiempo real en toda la cadena. Sin control no hay confianza, y sin confianza, no hay mercado.

Sensores conectados

Los datos respaldan esta transformación. La monitorización en tiempo real con Internet of Things (IoT) puede reducir hasta un 25% los costos de transporte y aumentar la eficiencia alrededor de un 20% mediante enrutamiento inteligente. En una industria de márgenes ajustados, estas mejoras pueden decidir entre rentabilidad y pérdidas.

Estamos ante un cambio histórico: cadenas de suministro que dejan de ser reactivas para volverse preventivas. Desde la cosecha hasta el anaquel, cada etapa puede ser supervisada con precisión antes impensable. Lo que antes era buena práctica, ahora es requisito indispensable para competir.

En el centro de esta revolución están los sensores conectados al IoT: dispositivos que monitorean temperatura, humedad y vibraciones en tiempo real dentro de camiones y contenedores, enviando datos a plataformas en la nube. Esta información es vital para intervenir rápidamente y mantener condiciones óptimas durante todo el transporte.

La telemática aplicada a la cadena de frío ofrece trazabilidad y visibilidad total de la carga. Integrada con GPS y comunicación inalámbrica, permite actuar ante cualquier desviación antes de que cause daño irreversible.

Un cambio mínimo de temperatura puede afectar drásticamente la vida útil de un producto. Por ejemplo, una lechuga almacenada entre 0 °C y 1 °C puede mantenerse fresca hasta 15 días; a 4 °C o 5 °C, ese tiempo se reduce a la mitad. Esta diferencia, imperceptible a simple vista, es clave para cumplir estándares de exportación o perder la carga.

Aseguran la continuidad de la cadena de frío

Los sensores aseguran la continuidad de la cadena de frío, preservan la calidad y agregan valor tangible al producto. Para México, es una ventaja estratégica en frutas, verduras y productos cárnicos destinados al exterior. La frescura no es un supuesto; es una garantía.

Varias empresas mexicanas del sector cárnico y cerealero ya están adoptando sistemas de telemática en sus flotas y monitoreo avanzado, elevando estándares y respondiendo a exigencias internacionales cada vez más estrictas.

No obstante, persisten desafíos importantes, como la limitada conectividad en zonas rurales, que dificulta la transmisión continua de datos, y la fragmentación de la cadena logística, con numerosos proveedores independientes que complican la integración tecnológica total.

Superar estas barreras requiere visión, voluntad e inversión. Pero los resultados son rápidos y medibles: menos pérdidas, costos más bajos, mejor posicionamiento de marca y acceso a mercados premium.

La tecnología en la agroindustria

México también enfrenta presiones adicionales: cambio climático, escasez de agua y demanda creciente de alimentos inocuos y trazables. En este contexto, la innovación tecnológica no es opcional, sino pilar de un modelo productivo capaz de anticipar riesgos, reaccionar ante eventos extremos y minimizar desperdicios.

La tecnología no reemplaza al productor; lo fortalece. Le ofrece herramientas para detectar amenazas como plagas o sequías, manteniéndolo competitivo sin perder su rol esencial en el campo.

La agroindustria mexicana tiene el potencial de ser referente global en calidad, no solo en volumen. Para lograrlo, debe apostar por una logística moderna, basada en datos, conectividad e inteligencia. Los sensores inteligentes son el punto de inflexión que puede transformar desafíos logísticos en ventajas estratégicas.

Lograrlo requiere colaboración efectiva entre sector privado, gobierno y desarrolladores tecnológicos. Esta alianza es clave para que México mantenga su relevancia agroalimentaria y refuerce su reputación como proveedor confiable de alimentos frescos y de alta calidad.

El futuro de la agroindustria mexicana depende del uso inteligente de la tecnología. Ese futuro ya comenzó.

Fuente:thefoodtech.com

11 sep 2025

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